martes, 20 de mayo de 2008

En realidad no hay accidentes

Escalofriante pero excelente campaña publicitaria canadiense.

lunes, 19 de mayo de 2008

Amistades con fecha de vencimiento II

Así es que no importa cuánto te dijeron que te quieren, bastarán un par de semanas de no compartir un ámbito o una conversación para que te vayan retirando el trato paulatinamente, y finalmente te nieguen el saludo. Quizás no llegue a ese extremo, pero sí es verdad que duele mucho ver cómo alguien con quien antaño tuviste un trato estrechísimo te saluda como si no fueras más que un conocido circunstancial, con esa indiferencia asesina. Es todo pasajero. Llega un momento en que necesariamente todos se van a preocupar más por sus carreras universitarias o por sus trabajos o por formar una familia. Y encima ahora cuando trato de buscar ayuda en esas supuestas almas amigas recibo rechazo por estar siendo demasiado lógico y analizando mucho las cosas. No, no es eso lo que busco cuando hablo, cuando abro mi alma y expongo lo que me pasa. Lo que busco es apoyo. Algunas características esenciales de la personalidad ya no se pueden cambiar a cierta altura. Creo que este caso no es tan dañino como para hacer ese escándalo y voltearle la espalda a alguien a quien supuestamente querés. Lo efímero y lo reversible de esas supuestas grandes amistades me lleva a pensar que las relaciones humanas no valen nada.

domingo, 18 de mayo de 2008

Vuelven las trompetas...

Vuelve la aventura. Esta semana se estrena "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal". Cita obligada!

Trailer 1:


Trailer 2:


De yapa: la "Raiders march" de John Williams, en vivo y dirigida por su autor. Este monstruo de las bandas de sonido dejó su marca personal e indispensable en muchos clásicos del cine pochoclero. Fijate el entusiasmo del público cuando empieza el tema, y cómo lo relacionan inmediatamente con el personaje y las películas. Genio, mostro, fenómeno.

cadena

En el colectivo, en la ducha, en el subte, en la cama antes de dormir. Momentos en los que un pensamiento te lleva a otro y ese a otro y así terminás reflexionando sobre cualquier cosa a partir de algo que te está pasando o de lo que ves en el paisaje. Suele pasar también en las conversaciones, en los que diferentes tópicos se van encadenando y probablemente quede mucho por decir. Pero supongo que la vida es en parte eso; lo importante es poder rescatar las migas que valgan la pena y escribirlas. Y en las buenas charlas siempre quedan temas pendientes.

Amistades con fecha de vencimiento I

Pasa el tiempo
y los recuerdos
se van alejando ya.

Lo que quedan son esas personas que nos llevamos en la vida gracias a un pedacito de camino compartido. Pero parece que hasta las amistades son, como el amor, perecederas. Y es que después de un tiempo resulta casi inevitable un distanciamiento. Qué sucede? Es culpa de uno o eso está en la naturaleza misma de las amistades? Por qué es tan difícil que una relación así trascienda un par de meses más allá de la aparente separación? Termina una etapa y cada uno agarra su camino, y 'chau, fue un gusto'? Me esperaba otra cosa de parte de gente con la que compartí momentos importantes en pasillos que quedaran grabados siempre verdes en mi memoria. Hablás cada tanto, y en apariencia nada cambió y sigue siendo todo lindo como antes. Y todavía "te quiero mucho y sos muy importante para mí", pero bien que en todos estos momentos ni me hablaste ni me escribiste ni me llamaste ni me recibiste cuando te rastreé y te busqué.

Hay una cuestión de género atrás de todo esto? Personalmente siempre me parecieron muy distintas mis amistades con mujeres por la facilidad y la solvencia y hasta la seriedad con la que puedo hablar ciertos temas (considerando que quizás mis amigos varones se toman algunos asuntos con más criticismo o hasta para la joda)... Temo verme envuelto nuevamente en la primitiva cuestión de si puede existir o no la amistad entre el hombre y la mujer. Durante estos últimos años creí que sí, pero a partir de experiencias una parte mía comienza a pensar que quizás ese fatal e inevitable distanciamento sea fruto de una igualmente insalvable tensión sexual (!?) por la sola diferencia de género. Más allá de mi tendencia (que todavía juzgo apropiada) de 'des-sexualizar' a mis amigas mujeres y pensarlas como personas más allá de su condición de tales (lo cual, lejos de límites de grosería, me permitió un trato indistinto y a la larga me ahorró muchos problemas) evidentemente el contraste sigue a flor de piel, inflanqueable. Alcanzado cierto nivel de confianza, me van compartiendo algunas intimidades y es evidente la constante pendencia de la sexualidad. Aquí me doy cuenta de que esa repugnancia no sale de mi condición de hombre enfrentada a su condición de mujeres, sino de mi particular experiencia de sinsabores en ese campo. No se trata de negar el costado animal y pretender ser un ente asexual, sino de vivir ese plano sin tanta frivolidad como se vive en el mundo de hoy, donde las personas realmente importen. Donde no seamos más cómplices de la cosificación del ser humano.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Dignidad

"The golden rule", de Norman Rockwell
Hoy vi una lámina de esta obra en la sala de espera de la dentista. Me gustó cómo muestra a todas las razas y credos con dignidad y respeto.
La frase Do unto others as you would have them do unto you corresponde a la cita bíblica"Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes" (Lucas 3:31)
Hay un mosaico de esa obra en el edificio de Naciones Unidas, en Nueva York.

viernes, 9 de mayo de 2008

Por las dunas . - *

"Más o menos así. Como quien insiste, porfiado, tras dos intentos en años inmediatamente anteriores, acepté volver a ir. Y hasta me ilusioné, ingenuo, con que podía ser una oportunidad más (acaso la última!) de salvar unas pocas relaciones para la posteridad. La realidad del viaje anterior (aquel al sur) se repitió como calcada en otro fondo: la diversión y la vida misma giraban en torno a los mismos parámetros. ¿Qué es lo que estamos viviendo?, me preguntaba con cada espécimen que me cruzaba en la orilla. Las noches se repetían, iguales, clonadas, casi siempre con una simpática vagancia pero rodeada de la misma distorsión (y en contacto con ella, that's the point).La pregunta es ¿por qué? ¿Por qué seguir girando nuestras vidas en torno a los mismos parámetros, ahora tan quemados? ¿Por qué seguir abrazándonos al absurdo folklore formado al rededor de tan ridículos elementos? ¿No hay aporte individual? ¿No hay conciencia creativa? Esto dista mucho de los pataleos de aquel niño de séptimo grado: esta vez va con tolerancia. No es que no lo hagas, pero... ¿Vas a hacer lo que hacen todos porque lo hacen todos? ¿Vas a hacerlo todo el tiempo? Esta vez fue aún peor. Cambió un frío que apenas intimidaba por un calor que con suerte daba tregua. ¿Las chicas? Más destapadas, y esta vez sin culpa (y claro, hace calor) ¿Los chicos?: "Sexo, drogas y rock&roll". ¿La playa y la peatonal? Un hormiguero invadido por una plaga ridículamente a la moda: peinados muy "in"; anteojos cool y un carisma con el que invitaban a la diversión nocturna. Y las masas, encantadas como parte de ese sistema supuestamente clandestino pero aceptado y hasta apoyado por abajo de la mesa (son así las ciudades que viven del turismo conviviendo con una mafia que mueve tanto dinero como es la industria del entretenimiento, con sus “líquidos” y sus “gases”). El sectarismo de los grupos también se repitió, atenuado tal vez por el hecho de que la villa balnearia aún no tiene el status de icono pelotudo que sí tiene desde hace tiempo la ciudad sureña que constituye el destino obligado de los egresados. Sin embargo sí había un dejo de fresca sensación de libertad y de estúpida obligación de descontrolarla.Parado en los últimos escalones, mirando hacia atrás y a otros que ya vuelan alto y que pisaron mucho más fuerte en la escalera antes de despegar, es fácil pensar que uno ha querido subir demasiado rápido, que han quedado cosas por vivir, que se han dejado cabos sueltos, que se ha malgastado el tiempo enroscándose, creando sufrimiento de la nada y no animándose a tomar riesgos bastante normales. Pero... tampoco es que no se ha vivido nada. Acá es cuando uno tiene que rescatar esa individualidad que tanto profesa uno mismo y decir: he vivido a mi manera; no he sido un bicho raro pero tampoco hice cosas que no quería. No hay que arrepentirse de nada. Ni de los errores, pues de todos ellos se construye un nuevo futuro. ¿Qué decía uno hace algunos años? Que la edad de oro iba a ser a los 19, con el secundario completamente terminado, con trabas como el levante bolichero y vacacional y la boludez hormonal totalmente superadas y con la cabeza ocupada en la creación artística y en la construcción de la propio porvenir. ¡La vida comienza ahora!"


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Escribí esto en enero de este año. A pesar de que pasaron unos pocos meses me siento en una situación diferente a la que vivía cuando salió el texto (suele dar esa sensación cuando analizás el verano pasado estando bien adentrado en el año laboral/lectivo). Sin embargo, siempre me dejó muy conforme por la claridad y la contundencia con que me salieron las ideas, además de que me dio la idea de crear el blog. Hoy lo pienso con un punto de vista un poco más tolerante y reflexivo. Pero creo que en esa época el asunto tenía que ver con cómo uno idealiza personas hacia quienes se siente unido por vínculos fuertes y olvida la condición de humano propia y de la otra persona y tiende a tener pensamientos muy exagerados y paranoicos, que siempre tienen resultados desesperantes, angustiosos y finalmente autodestructivos. Es pretencioso, idealista e incorrecto que después de pasada la tormenta uno pretenda pasar lista de los errores que se cometieron, como apuntando al "qué habría pasado si..?". Sin embargo es deseable un cambio interno, sin que se modifique necesariamente el mapa de relaciones. Un cambio en la mentalidad y en la actitud hacia ellas, muy lejos de los pensamientos enroscados y conspiracionistas. Poder vivir tranquilo y dejar que vivan tranquilos los demás.